“Internet es un instrumento muy positivo del que se puede hacer, como de tantas otras cosas, un uso negativo. No debemos crear alarmismo, pero sí ser conscientes de que es una herramienta extraordinariamente potente de la que pueden hacer un uso abusivo personas de riesgo por su edad, vulnerabilidad psicológica, inestabilidad emocional, baja autoestima o que no saben manejar sus problemas” (Enrique Echeburúa)

http://www.noticiasdealava.com/2011/04/26/sociedad/euskadi/uno-de-cada-tres-menores-siente-la-necesidad-de-conectarse-a-internet-con-frecuencia

Mostramos a continuación una breve síntesis de lo que se recoge en el anterior enlace informativo. Las nuevas tecnologías han creado un nuevo mundo de posibilidades pero también, y en mucho de los casos, de peligros. Estos riesgos aumentan su probabilidad si el usuario es menor de edad; ya que desconocen en cierta medida las consecuencias que su conexión virtual puede acarrear. Según se manifiesta en el documento y tras un estudio realizado, el 28% de los jóvenes entra en páginas pornográficas, el 38% en alguna con temas violentos y el 18% en direcciones racistas o xenófobas lo que puede dar lugar a comportamientos sociales inadecuados. A todo esto, debemos añadir el carácter oculto que muchas problemáticas virtuales conllevan; apenas un 1% de los jóvenes informaría a sus padres de un acoso en la red; un dato preocupante si se tiene en cuenta que cuatro de cada diez afirman haberse sentido acosados sexualmente en este entorno en alguna ocasión.

            Asimismo, y como perfil más frecuente de adicción, se establece a la persona que se rechaza a sí misma, solitaria, aburrida, con poca confianza en sí misma y baja autoestima. Del mismo modo, se argumenta como las redes sociales constituyen elementos de identidad de los más jóvenes; ayudándoles en su autoconfianza y seguridad. No obstante, debemos hacer saber que no son sólo los jóvenes quienes presentan adicciones a internet; los hombres tienden a engancharse al juego y a páginas porno; mientras las mujeres suelen presentarla a las compras; es decir, a la compra  virtual.  Por último se señala como aplicaciones más adictivas  las redes sociales, los videojuegos y los chats.